lunes, 12 de noviembre de 2012

Boda shintoista

** Algunas veces, cuando se lo mira desde el extranjero, se piensa que el Shintoismo es un 'culto naturalista', o una 'religión panteísta'. Algunos japoneses lo consideran su 'religión autóctona' (connotación positiva), mientras que otros una modalidad espiritual 'rústica' o 'ligada al pasado' (si son de religión cristiana o budista). Parafraseando a Borges, podemos pensar que 'ninguna afirmación es del todo falsa' (el escritor hablaba de autores; citaba a un dudoso 'Plinio el Joven': ¿o se trataba del 'Viejo'?). Si alguna de estas explicaciones nos deja satisfechos, habrá cumplido con su objetivo: para muchos, fin suficiente de las palabras es 'denominar' las cosas, sin necesitar que estas expliquen en qué consisten las cosas o de qué tratan.

 ** Sea como sea, el Shintoismo constituye un fenómeno complejo, lleno de riquezas. Es tal vez uno de los resquicios más fecundos para 'colarse' en la cultura japonesa. No el único; a su lado está siempre el Budismo. Shintoismo y Budismo se alternan con frecuencia:
- desde el punto de vista arquitectónico (donde hay un templo budista famoso, seguramente se elevará un santuario shintoista; a veces, el mismo recinto alberga a la vez templo y santuario, como uno que pienso visitar el próximo sábado, aquí en Yakata);
- y desde el punto de vista de los roles (nacimientos se celebran en santuarios; para velorios está el templo; ambos se benefician de esta repartición funcional, incluso en ciertos casos lucran de modo ostensible).

 ** Los casamientos se llevan a cabo normalmente en un santuario. Se trata de una ceremonia larga y minuciosa, en la que ambos contrayentes se ofrecen mutuamente uno a otro (como en otros ritos nupciales). Además, lo hacen empleando símbolos privativos de la cultura japonesa: la novia está ornada de manera característica (como ilustra la hermosa foto de arriba), el novio usa atuendo de gala occidental, según un uso establecido desde hace décadas; ambos beben 'sake', vino de arroz, mientras el oficiante recuerda grandes momentos de la nación nipona. ¿Se trata de una ceremonia religiosa? En parte lo parece. Pero en buena medida un santuario, y un casamiento en su recinto, permiten a todos los presentes reconfirmar la pertenencia común a un suelo, una etnia, una sensibilidad estética, un mismo emperador.

 ** Como en toda actividad japonesa que se precie, se cuida mucho la estética. La fotógrafa toma esto en cuenta y pone el máximo esmero no sólo en 'ilustrar' la ocasión de una boda, sino en 'sumirse' en la belleza, dimensión difícil de expresar pero que reconocemos apenas la miramos. Al cabo de la ceremonia de alianza, las dos familias posan hiératicas para una foto de familia, en la que el envaramiento de la pose expresa una cierta 'posición' ante la existencia.
 


3 comentarios:

  1. Muy hermosas fotos muy nitidas en los colores,y todo el entorno congeló el tiempoen ese mismo instante.
    **Gracias por el relato muy aclarecedor de esa costumbres o ritos**
    nuevamente muy buen trabajo!!!!

    sereno dia...

    Maria

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  2. Gracias, María. Creo que sabes que tomo en cuenta tu aliento. Pero tal vez no hace falta que lo manifiestes cada vez. Así queda espacio para todos. Con todo afecto, Alberto

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  3. aaahhh!bueno todo esta bien,tienes razón!!!no sabia del poco espacio.

    cordial saludo Maria

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